Poesía

¡Que se paren los relojes!

 ¡Que se paren los relojes!
¡Que se paren todos, Madre,
a la puerta de la Iglesia,
mientras cantamos la salve!
¡Que la Luna de Nisam
y las estrellas, y el aire,
y el aroma de las rosas
y los claveles, se paren!
¡Que se detenga la noche,
el Viernes Santo no pase
y, para tenerte siempre,
hasta la vida y la sangre
y el corazón, y el latido,
y las miradas, se paren!
¡Que no te recojas nunca,
 Señora, que no te guarden,
que es muy poco, -cielo y gloria-,
el tiempo de pasearte,
y de mecerte en tu trono,
y de aplaudirte, y rezarte!
¡Que detengan Tierra y Cielo
las alas de los Arcángeles,
y paralicen las horas
de los relojes, Que nadie
deje que el tiempo prosiga
transcurriendo inexorable!
¡Toda la vida, contigo,
nos parecería un instante!
Por eso; porque, Señora,
nunca queremos, dejarte
y queremos, en volandas,
llevarte por nuestras calles,
uniendo ,así, Cielo y Tierra
y Tiempo, y Eternidades...
¡Vuelve a descender la Rampa
hasta la Calle del Aire!
¡Que no se cierren las puertas!
¡Que no te recoja, nadie!
¡Que se paren los relojes
mientras cantamos la Salve!
Ángel J. García Bravo.
MCMXCVII

*****

La Virgen

Virgen, la más guapa
virgen de Soledad,
abierta como un inmenso
tulipán.
En tu barco de luces
vas
por la alta marea
de la ciudad,
entre saetas turbias
y estrellas de cristal.
Virgen la más guapa
tú vas
por el río de la calle,
¡hasta el mar!


Federico García Lorca.
*****

Soledad de Cartagena

Ay, Soledad de Cartagena,
la de la cara morena,
la de las manos al cielo
suplicando al Nazareno,
toda la vida estaría
viendo tu cara tan bella,
Azucena de mi tierra
bendito Capuz te hiciera
esa mirada perdida,
esa boquica entreabierta,
esas manos temblorosas,
esa Soledad que nos dejas.

¡Sagrada la mano certera
que trabajó tu hermosura,
y tu Soledad y tu pena!

Yo te he visto salir
el Viernes Santo, Soledad
del templo de Santa María
a bendecir la ciudad,
y te lance mil piropos
con la emoción por los____
cubriendo la noche de negro
con mi corazón palpitante.

¡Como se iluminan las almas
ante tu presencia de Madre!

Ay, Soledad de los Marrajos,
mi madre Guapa y Morena.
"¡Quién fuera luz de la cartela,
o una flor de las miles que llevas!
de tu fragancia me empaparía
con cada mecida del trono
y besaría, así tus suspiros
las luces que yo te diera".

Tú seguiste caminando,
amparando a Cartagena.
Parecía que tú misma
quien movía los pies eras,
y que de soledad temblaba
hasta la mantilla dorada,
que da color a Tu cara.
Porque viva, vas bajo el manto
que el Viernes Santo desfila
sobre tus sienes divinas,
de color negro, de noche
compitiendo con el cielo,
los luceros y las estrellas.

Ay, mi Virgen Marraja bella,
¿Cómo vienes tu pasmada,
silenciosa y asustada,
si eres, la Madre y la Reina?
¡Si yo al lado de tu mano
Señora, llegar pudiera,
lleno de amor y sentimiento
por tu Soledad y tu Pena,
soñaría que llegaba
a la Gloria eterna!

Ay, Soledad de Cartagena,
que al cielo las manos llevas,
trasmite con tu clemencia
mi perdón y culpa llena,
y dile a Dios que iría
Virgencica, si pudiera,
acompañando a Capuz
que hizo tu cara morena,
descubriendo tu hermosura
y tu Soledad que nos muestras.

Por eso, Soledad Coronada,
de los Marrajos Señora,
Mi Virgen Guapa y mi Reina,
deja que te vitoree, que te cante,
que te rece Madre a mi manera,
y que nazca, para ti en mi garganta,
tu Salve, la Salve Popular Cartagenera.

Enrique Andrés Piñero.

*****

 Caballeros Portapasos
de la Soledad Marraja

¡Qué cita inefable, de
amor sagrado y sin tacha,
con nuestra Madre y Señora,
tenemos todos mañana!

Será el primer Viernes Santo
de la Virgen Coronada.

Vais a poner vuestro esfuerzo,
y vuestro afán, en las andas
y, entre piropos y rezos,
por las calles, pasearla,
más alta, más, que los cielos,
como si tuviese alas,
más alta, más, que los pájaros
y más perfecta que el alba, como un lirio nazareno,
pálido, de cera y lágrimas,
entre soles, de tulipas
y aroma de flores blancas

Caballeros Portapasos,
el Viernes Santo, llevadla
a fuerza de amor sin merma
con el hombro, y con el alma,
sintiendo el mundo en las venas
y un fuego de amor, sin llamas,
cadenciosa y suavemente ,
con ritmo, como en volandas,
más alta, más, que los cielos
¡Como si tuviera alas!

Ángel J. García Bravo.
MCMXCVI

*****

María, Tú, en Soledad

¡María, tú, en Soledad
por entre las plazas y calles...!

María, tú, en Soledad
bajando el Barrio del Carmen
tras el Jesús Nazareno
con la Cruz a cuestas, Madre...

Sola ante la Soledad
del Hijo desnudo, en trance
del expolio de las ropas
cuando la "rampa" ya es la calle...

Agonizando en la noche,
noche en que el incienso es aire.
Tú, Sola al pie de la Cruz
sin que te acompañe nadie...

María junto a Longinos
sobre el monte delirante
del cabezo de la Cruz,
donde el Vino, es Agua y Sangre...

María, Tú, en Soledad
por entre plazas y calles
cuando desciendes a Dios
en el Viernes Santo, Madre...

María, Tú, en Soledad
mientras el rezo ya es cante
por cantarle a tu Piedad
la oración de nuestra Salve...

En el Entierro, María,
eres Madre en soledades
tras el Hijo en el Sepulcro
velándolo por las calles...

Señora de Penitentes,
de Heraldos, de Granaderos,
de refulgentes Romanos,
de morados Nazarenos,
de mujeres con mantilla
sobre corpiños negros,
madres que enlutan la Noche
por velar al Hijo muerto...

Señora de lirios blancos,
Señora de blanco entorno,
Señora que maravillas
sobre las tallas del trono
que te hicieran otro día
queriendo llevarte a hombros,
por elevarte en los aires
las mil puntillas de oro
que dan rostrillo de Reina
a la joya de tu rostro...

Alma de la Cofradía...
Reina y Madre de los Marrajos
que procesionan solemnes
las noches del Viernes Santo,
cuando, hasta la luna copia
la tersura del alabastro
que pone vida a tus manos,
viva que estás bajo el manto
negro, hecho de traiciones negras,
cuando por Ti suspiramos....

En el Sepulcro, Señora,
Soledad en desamparo
con la mirada perdida
y el vacío entre las manos,
tocada del manto negro,
ceñido en talle de rasos,
en el Sepulcro, Señora
por Ti, la Salve cantamos...

Dios te salve, Reina y Madre,
Madre de Misericordia...

Dios te salve,
suspiramos ante la Llena de Gloria...

Dios te ha Salvado, María,
en Ti, la Gracia se colma...

Dios te salve Reina y Madre,
Dios te salve, Reina, Madre y Señora.

Antonio Rodríguez Robles.

*****

Soledad, porque has llorado tanto,
caminad con tu rostro entristecido,
y en tu corazón guardas ese llanto,
que llegó viendo a tu hijo herido
por la lanza, los clavos y el escarnio.

Alégrate porque son los tambores 
y cornetas, tocando para Ti,
los que alejan mi pena y tu pena;
deja que brille el manto entre las flores;
goza, porque tu dolor Cartagena
lo lleva; y yo también sobre mis hombros.

Rafael Sánchez  Pagán.

*****

El contemplar Tu Imagen venerada
en la eclosión de luz de Tu Capilla
es sentirme llegado hasta la orilla
de una ruta de amor, eternizada.
Es llenarme de vida sosegada,
Madre de Dios y Virgen sin mancilla,
oyendo Tu Mensaje en el que brilla
una eclosión de amor y de alborada,
es saber que me esperas en Tu Puerta
y sentir que me encuentro renacido
en el amor a Ti y a mis hermanos
y que, cuando mi savia caiga muerta
y se paren mi pulso y mi latido,
me encontraré en el cuenco de Tus manos.

Ángel Joaquín García Bravo.

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